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Un Gran Terremoto viene


Febrero 3, 2006

Estimados Hermanos,

Isa�as 24:19-20, "Ser� quebrantada del todo la tierra, enteramente desmenuzada ser� la tierra, en gran manera ser� la tierra conmovida.  Temblar� la tierra como un ebrio, y ser� removida como una choza; y se agravar� sobre ella su pecado, y caer�, y nunca m�s se levantar�."

Mientras yo estaba en Rumania, una noche, despu�s de mi devocional, yo me fui a la cama exhausto y con mucha necesidad de dormir, habiendo viajado en un cami�n todo el d�a entregando alimento a familias.  Hab�a sido un d�a dif�cil, y tuvimos que empujar m�s de una vez el cami�n para sacarlo de lomos y cunetas de nieve.  Me dol�a el cuerpo y todo lo que yo realmente deseaba era tener un buen descanso.

Al quedar profundamente dormido yo tuve un sue�o. So�� que estaba dormido en una habitaci�n de hotel, cuando la cama comenz� a sacudirse violentamente.  Yo supe de inmediato qu� cosa estaba ocurriendo.  Habiendo vivido en California en los a�os 1980, yo estaba v�vidamente consciente de lo que se sent�a en un terremoto.  Repentinamente yo ya no estaba en la cama, sino a una buena altura sobre la bah�a de San Francisco, mirando hacia abajo sobre el puente Golden Gate.  Mientras lo miraba, comenz� a estremecerse, se rompi�, y cay� abajo a las aguas.  Segu� contemplando la devastaci�n, viendo colapsar edificios, y multitudes de personas tratando de encontrar refugio.  Entonces una voz habl� desde los cielos, una voz que yo nunca antes hab�a escuchado, una voz de gran autoridad.  "Yo sacudir� esta tierra desde sus fundaciones, tal que esta generaci�n no ha visto con sus ojos.  El mundo quedar� sobrecogido y temblar� de miedo, porque el pecado ha invadido mi templo."

En mi sue�o comenc� a llorar, no debido a la devastaci�n que estaba viendo, sino debido al gran poder de la voz que yo estaba escuchando.  Despert� temblando incapaz de respirar y, cansado como estaba,  no pude dormirme otra vez.

Poco antes de la salida del sol mi tel�fono comenz� a sonar y, cuando lo respond�, era mi hermano Daniel.  "�Est�s despierto?" me pregunt�.  "S�." respond� yo.

"Yo tuve un sue�o anoche," continu� �l, "fue un sue�o terrible.  So�� con un gran terremoto viniendo a EE.UU."

Cuando le cont� que yo hab�a tenido el mismo sue�o, �l estuvo en silencio por alg�n tiempo y entonces dijo: "Voy para all� para que podamos orar."

El hab�a reci�n llegado a mi departamento cuando mi tel�fono son� de nuevo.  Era un hermano llamando desde unos 200 kil�metros de distancia que tiene un don prof�tico, y ha hablado muchas palabras sobre m� que se han cumplido.

"�Hablo con Mike?"  Cuando respond� que s�, �l dijo: "Tuve un sue�o anoche, y sent� que necesitaba llamarte y contarte al respecto.  So�� con un terrible terremoto en tu pa�s; yo vi un gran puente que simplemente se colaps�, vi destrucci�n como yo nunca antes he visto.  �Significa esto algo para ti?"

Me demor� un rato en hallar algo que decir.  Yo estaba sin habla, y no pod�a hallar palabras.  En la misma noche, tres personas diferentes tuvieron el mismo sue�o, con los mismos v�vidos detalles. Sabiendo que el hermano ten�a un grupo de oraci�n que se reun�a cada noche, yo le ped� que recordaran a EE.UU. en sus oraciones cada vez que ellos orasen, y �l dijo que lo har�a.  Antes de colgar �l dijo: "Mike, yo he tenido muchos sue�os en mi vida, el Se�or as� lo quiso, pero ninguno me ha asustado como el sue�o que tuve anoche.  S�lo Dios puede proteger a alguien que pase por algo como eso, no hay otra esperanza sino acudir a El."

Sin importar qu� pueda venir sobre este pa�s, nosotros sabemos que Dios mora con sus fieles, guard�ndolos, gui�ndolos, y protegi�ndolos.  Van a comenzar a desarrollarse acontecimientos sobre esta tierra, que har�n temblar de miedo incluso a los hombres m�s poderosos, pero sabiendo que nosotros tenemos un refugio para la tormenta, un Dios soberano que vigila sobre nosotros, nosotros perseveramos sin temor, fieles en todo lo que El pide de nosotros.

Salmo 91:7-11, "Caer�n a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegar�.  Ciertamente con tus ojos mirar�s y ver�s la recompensa de los imp�os.  Porque has puesto a Jehova, que es mi esperanza, al Alt�simo por tu habitaci�n, no te sobrevendr� mal, ni plaga tocar� tu morada.  Pues a sus �ngeles mandar� acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos."

Con amor en Cristo,

Michael Boldea Jr.


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