El Oso Despierta

El �ltimo de 3 mensajes finales dados a Dumitru en Abril de 1997.

Me arrodill� al lado de mi cama para orar, como hago cada noche antes de ir a dormir. Despu�s de terminar mi oraci�n yo abr� mis ojos, pero ya no estaba en mi habitaci�n. En vez de eso, encontr� que yo estaba en un bosque. Mir� alrededor y a mi derecha vi un hombre vestido de blanco que apunt� su dedo y dijo: "Ve y recuerda." Me tom� un rato averiguar a qu� estaba �l apuntando. Era un oso peque�o que parec�a medio muerto, yaciendo en el suelo. Mientras continuaba observando este oso, �l comenz� a respirar m�s profundo. Parec�a resucitarse con cada minuto que pasaba y, mientras yo miraba, tambi�n se puso m�s enojado.

Entonces �l comenz� a crecer. Pronto fue m�s grande que el suelo del bosque y, a medida que crec�a, continuaba enoj�ndose m�s. Entonces comenz� a piafar de modo que, cuando su zarpa golpeaba el suelo, la tierra se estremec�a. El oso continu� devastando todo lo que encontraba en su camino hasta que lleg� a unos hombres con palos tratando de desviarlo. A este punto el oso hab�a crecido tanto que simplemente aplast� a los hombres bajo sus patas y continu� destrozando todo a su paso.

Yo estaba estupefacto por lo que ve�a y le pregunt� al hombre que estaba de pie junto a m�: "�Qu� significa esto?" "Al principio, ellos pensaron que el gran oso estaba muerto," dijo el hombre. "A medida que comience nuevamente a agitarse, ellos lo considerar�n inofensivo. De pronto �l se fortalecer� una vez m�s con resoluci�n y violencia. Dios enceguecer� los ojos de aquellos que contin�an pisoteando el sacrificio de la sangre de Cristo, hasta el d�a en que el oso atacar� violentamente.

Este d�a los pillar� desprevenidos y ser� tal como t� viste." El hombre dijo entonces: "Dile a mi pueblo que los d�as est�n contados y que la sentencia ha sido dictada. Si ellos buscan mi rostro y caminan en rectitud delante de m�, yo abrir� sus ojos para que ellos puedan ver aproximarse el peligro. Si s�lo miran el peligro que se acerca, ellos tambi�n ser�n alcanzados y pisoteados. S�lo en rectitud hallar�n seguridad." Repentinamente, estuve de nuevo solo en mi habitaci�n, sobre mis rodillas, con sudor cubriendo mi rostro.